Lo que sí es muy interesante, sobre todo si se utiliza para la enseñanza, es el vocabulario que se trata. Y no solo para aprender idiomas sino en general. Además, aunque la edición es en francés, es algo más básico que en otros cuentos infantiles.
Visualmente hablando, el dibujo se aleja de otros cuentos y es más parecido a lo que podríamos encontrar en un cómic, como una especie de híbrido entre ambos géneros. Solo mirando los dibujos, muy bien pensados, divertidos y explicativos, se puede entender la historia sin necesidad de leer los textos. Esto de por sí es todo un acierto y hace que la historia sea aún más dinámica y disfrutable por los más pequeños. Y leerla con ellos es más divertido si cabe.
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